Lunes 13 de julio del 2009

PREPAREN

Un antropólogo y criminalista extranjero que participa en la lucha contra el crimen organizado en México comentó a este espacio de La Prensa que los integrantes de La Familia Michoacana, como lo advertimos en su momento, se rige por creencias religiosas contrarias a las católicas, y de esa manera son fanáticos dispuestos incluso a morir.
Sus miembros están totalmente convencidos que sus ilícitas actividades, crímenes, plagios, trasiego, producción y robo de autos, no son delitos, sino parte de sus misiones diarias.
El antropólogo que pidió mantener en reserva su identidad y nacionalidad, puntualizó que el basamento de La Familia Michoacana se remontan a prácticas como hacían Los Mayas mediante el sacrificio humano, la explotación de otras etnias, la guerra y la depredación de todo lo que no coincidía con sus creencias, lo cual debe desaparecer. Y eso es lo que practican en todos los territorios que dominan.
También se observan sus concepciones en las antiguas culturas de Mesoamérica, como Los Aztecas, Los Purépechas y otros grandes cacicazgos que registra la historia, y de la que sólo emanan acciones que se trata ni más ni menos que de la pandemia del crimen, contra la que jamás pudimos vacunarnos.
Con ese fanatismo, La Familia se ha consolidado en Michoacán, y no se trata de una acepción de lo que significó la mafia italiana, y que según los medios de comunicación más significados a nivel mundial, incluyen a un presidente europeo enriquecido por los beneficios de aquella cofradía.
Bastó lo sucedido recientemente, para notar desde un principio que durante la presentación a los medios informativos de uno de los tres jefes operativos de La Familia, Arnoldo Rueda Medina, La Minsa, este hombre espiritualmente no pertenecía la realidad, ni escuchaba a su alrededor que existía la vida. Según el antropólogo, había “elevado su presencia en el escenario de la diatriba mas allá por la oración”. ¿A quién oraba? Debió ser a unas deidades que esa creciente secta religiosa tiene.
Por lo demás, su detención a manos de la Policía Federal en Morelia, Michoacán, es lo que representa uno de los golpes más duros asestado a esta organización. Y está visto, que las bélicas acciones desencadenadas se desprenden de ese fanatismo, que si bien la historia de México las llegó a vivir en fechas recientes no las habíamos contemplado como tales, y esto no es un dicho del que esto escribe, sino del informador.
Al referirse al caso de Ciudad Juárez, Chihuahua, el antropólogo extranjero se refirió al gran cinismo de esos fanáticos, que rebaza cualquier frontera de la concepción que se tenía bajo ese concepto, al grado tal que la organización criminal de La Línea ya negó su responsabilidad en la ejecución de los dos líderes mormones, e incluso lanza una amenaza a la procuradora.

APUNTEN

Este narcotraficante comenzó su carrera con la compra de autos robados, y más tarde se asoció con El Chango Méndez, El Chayo, y con Carlos Rosales Mendoza, El Tísico, para formar una banda denominada La Empresa.
En el 2000, esta organización delictiva se unió al cártel del Golfo para expulsar de Michoacán a otra banda, en la cual Rueda era jefe de sicarios y responsable de la ubicación y ejecución de los integrantes del grupo por eliminar. Este papel lo posicionó en la cúpula de la estructura criminal, sostienen las autoridades mexicanas.
La colaboración de La Empresa con Los Zetas, brazo armado del cártel del Golfo, se mantuvo hasta 2006, cuando rompieron vínculos por diferencias en el reparto de las plazas que esa organización tenía en su poder.
De acuerdo con las mismas autoridades, La Minsa coordinaba todo el proceso para la fabricación de drogas sintéticas, el trasiego de marihuana y cocaína hacia Estados Unidos y designaba a los jefes en las plazas controladas por este cártel en Michoacán, Colima, Guanajuato, Aguascalientes, San Luis Potosí, Jalisco, parte de Guerrero y del Estado de México, agrega el parte de la autoridad mexicana.
Tras su detención, grupos de sicarios de la organización que encabezaba atacaron diversas comandancias de la Policía Federal en Morelia, capital del estado, y en las ciudades de Lázaro Cárdenas, Zitácuaro, Huétamo, Apatzingan, Ciudad Altamirano, y en la carretera a Salamanca.
Sumados a estos ataques ocurrieron otros también en estados del norte, los cuales dejaron al menos 13 personas muertas.

FUEGO

¿Estaríamos frente a una guerra fanática en México? Hasta la próxima, con más casos En la Mira…

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