Viernes 19 de marzo del 2010

PREPAREN

Barman y Droguin no fueron extraídos del “churro” filmográfico que interpretaron en su momento Ausencio Cruz y Víctor Trujillo que luchaban encarnizadamente contra el mal, sino que por el contrario se trata de una realidad que se vive diariamente, y a plena luz del día en una de las zonas más conflictivas de la Ciudad de México, que es el barrio bravo de Tepito.
A diferencia de los personajes de la pantalla grande, Barman y Droguin forman de una gran comunidad que habita un campamento irregular enclavado justo en el corazón del populoso barrio, entre Peñón, Constancia y Peralvillo, detrás de la unidad habitacional conocida como Los Palomares, junto a la Avenida del Trabajo.
Esa zona fue bautizada por la comunidad tepiteña como “Ciudad Bótica”, debido a que sus pobladores se la viven “pegados” a un bote de cemento, activo o “chemo 5 mil”.
Está conforma por un conjunto de individuos que comparten elementos en común, costumbres, idioma, y hasta valores, entendidos muy a su particular modo de vida. Existe la división del “trabajo” por lo que se clasifican por sus habilidades: asalta transeúntes con violencia, robo de autopartes, distribuidores de droga, violadores e incluso aquellos que “talonean” en plena vía pública.
A la hora de comer, toda la comunidad se reúne para compartir alimentos en mal estado que algunos de ellos consiguen, con una mano sostienen el taco, y con la otra el bote o la “mona” mojada en activo. Ahí existe un jerarca, quien les ordena las tareas a seguir e incluso se ven niños chamagosos.
Por lo general, en una comunidad se crea una identidad común mediante la diferenciación de otros grupos o comunidades, generalmente por signos o acciones, que es compartida y elaborada entre sus integrantes y socializada. Generalmente, una comunidad se une bajo la necesidad o meta de un objetivo, como puede ser el bien común; si bien esto no es algo necesario, basta una identidad común para conformar una comunidad sin la necesidad de un objetivo específico.
Es por eso que “Ciudad Bótica” es una comunidad donde la participación y cooperación de sus miembros posibilita la elección consciente de proyectos de transformación dirigidos a la solución gradual y progresiva de las contradicciones potenciadoras de su autodesarrollo: violencia, drogas y sexo.
Como si eso no bastara, dentro del barrio bravo existe otro punto muy importante conocido como “Costera de Tepito”, se trata ni más ni menos que de la Avenida Ferrocarril de Cintura, desde San Antonio Tomatlán hasta el Eje 2 Norte, considerada como el sitio predilecto para el tráfico de drogas.
Al aproximarse el fin de semana, la “Costera de Tepito” se viste de gala, debido a que es considerado el corredor de todo tipo de drogas, en donde se llevan a cabo “arrancones” y en el que el desfile de cientos de motonetas en la que regularmente viajan dos menores de edad, que se asemejan a los repartidores de Pizzas.
Cuando se observan tantísimas motonetas, saltan varias interrogantes.
¿Qué hacen en ese punto del barrio?
Esos menores de edad, ¿serán propietarios de esas motos?

APUNTEN

Por cien módicos pesitos, con la entrega de una credencial del IFE, los jovencitos podrán rentar por una hora dichos transportes con lo que se sabe realizan todo tipo de diabluras, desde la entrega de droga a clientes, hasta el atraco con arma de fuego de vehículos que son sorprendidos en la luz roja de los semáforos.
Los lugares en los que se realiza este tipo de “servicios” para menores de edad, que pueden gozar de un transporte rápido, seguro y sin problemas se ubican en las inmediaciones de Carpintería, Mineros, y Hortelanos, según con las denuncias que llegaron por los lectores de La Prensa a este espacio.
Asimismo los quejosos aseguraron que en lo que va del presente año, se has suscitado seis ejecuciones cuyas edades de las víctimas oscilan entre los 16 y 27 años de edad.

FUEGO

Tremendo camionetón blindado recibió el titular de la PGJDF , Miguel Ángel Mancera. Hasta la próxima, con más casos En la Mira…

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