PREPAREN
Las calles frías, solitarias y oscuras, se convirtieron en escenario para la peor pesadilla que jamás imaginó vivir María Isabel, una joven universitaria que se costea sus estudios gracias al dinero que gana con su trabajo en un restaurante de la exclusiva Colonia Interlomas, en el municipio de Huixquilucan, estado de México.
Las manecillas de su reloj marcaba la 1:45 horas, y soportaba un vientecillo helado que le daba un toque tétrico a esa noche de diciembre, por eso aceleraba sus pasos que retumbaban sobre la banqueta de la Avenida Huixquilucan, los cuales eran opacados sólo por el rugir del motor de algunos vehículos que pasaban a toda velocidad.
De pronto, a unos pasos del Circuito Empresarial, un auto dobló en la esquina, se trataba de un Chevy, Monza rojo, lo tripulaba un solitario sujeto que al percatarse de la presencia de la mujer, redujo la velocidad para tener tiempo de recorrerla con su mirada de de arriba abajo.
Entonces, a los pocos segundos detuvo su marcha, descendió, y desenfundó un cuchillo tipo militar con filo de un lado y sierra en el otro, entonces procedió a amagarla y la despojo de sus ropas para abusar sexualmente de ella, sin que nadie pudiera evitar que ese sujeto saciara sus bajos instintos.
No conforme con eso, la despojo de todas sus pertenencias, un bolso marca Old Navi, su credencial del IFE, la licencia de manejar expedida en el Distrito Federal, así como otros artículos de uso personal. Después del cometer su ilícito proceder, se llevó todas sus cosas la aventó a su auto que abordó para huir a toda velocidad.
Fue una agresión que hizo a la joven mujer armarse de valor, su coraje la hizo sacar fuerzas de flaqueza ante la situación de la falta de justicia y de la prevención del delito, por eso se reincorporó y como pudo se dirigió a un módulo de la Policía Municipal ubicado a dos calles del lugar, donde dos policías la auxiliaron, y a bordo de una patrulla comenzaron a recorrer la zona.
Por suerte, en una calle cercana apareció de frente el automotor en el que circulaba el degenerado sujeto, quien al percatarse de la presencia de la policía emprendió mayor velocidad para huir, pero fue perseguido hasta que los policías coparon su auto, y tras someterlo, se descubrió que respondía al nombre de José Luis Vásquez Rojas, integrante de la Brigada de Fusileros Paracaidistas, cuyas actividades y desviaciones lo llevaron a cometer ese ataque sexual contra la joven universitaria.
Así consta en la averiguación previa número 317/09, iniciada por la comisión de los delitos violación, robo con violencia, y portación de arma blanca, cuya indagatoria se encuentras en curso en el Décimo Juzgado con sede en el Penal de Barrientos.
María Isabel pide a las autoridades correspondientes que tomen cartas en el asunto, y también solicitó un apoyo económico para realizarse exámenes médicos y de sangre, a fin de prevenir cualquier enfermedad provocada con ese ataque sexual.
APUNTEN
El malestar de muchos empleados de la Delegación Álvaro Obregón fue dado a conocer a este espacio de LA PRENSA, y señalan los quejosos que el director Jurídico y de Gobierno de esa demarcación, Gustavo Ernesto Figueroa, repartió una serie de importantes cargos a sus amigos y conocidos, como fue en el área de Verificación, la Coordinación de Mercados y Vía Pública, y Desarrollo Delegacional, entre otros.
Por otro lado, el “cártel de la Charola” sigue a todo lo que da, ahora un nefasto agente de la Policía de Investigación capitalina y otro de la Policía Federal, encabeza un grupo de al menos seis presuntos hampones dedicados al asalto de transportistas, principalmente camionetas cargadas con costosa mercancía.
El reporte en poder de la Dirección General de Inspección Interna, señala que el policía investigado es José Arturo Dueñas Sánchez, con número de placa 4661, y según su expediente estaba adscrito a la Coordinación Territorial Gustavo A. Madero 7.
Un mando de la dependencia indicó que ese agente, junto con el federal, y otros seis tipos, atracaron hace una semana una camioneta de teléfonos celulares al norte de la ciudad. Por el modo en que operaron, la Procuraduría de Justicia capitalina sospecha que ese judicial y su banda, han participado en al menos otros cinco atracos. Además, existen indicios que también se dedican a la extorsión y secuestro exprés.
FUEGO
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