PREPAREN
En la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), se tiene que llegar al cierre de candados, tenemos que acotar los focos rojos que se han venido generando durante mucho tiempo, creemos que la única forma viable para que tenga éxito este nuevo proyecto -que en esencia es muy diferente al que se viene operando- es con evaluaciones, disciplina, y obviamente una estricta supervisión de todo el personal de la Policía de Investigación capitalina.
Así lo dijo a este espacio de LA PRENSA, el titular de la institución, Miguel Ángel Mancera, quien apostó a que todas las líneas de corrupción, los trazos que de ella existan, se van ir conociendo, y entonces muchos tendrán que ir cayendo; hay que poner atención en áreas especificas de esta Procuraduría.
El abogado de la Ciudad de México reconoció que mientras no se cuente con una inspección permanente, habrán de derivarse todo el tiempo las principales fuentes de corrupción, y es que nuestro sistema que se basa en el control.
“Todo tiene que ver con la instrucción que de la Jefatura General de la Policía surja, en el sentido de que nadie pude estar trabajando en la calle, sin que no exista una orden previamente establecida”, comentó.
Además, apuntó que ya no se puede estar dejando sin supervisión faltas, licencias, se van a revisar los entornos económicos, el “modus vivendi” de todos los elementos de la policía. Se hará un seguimiento desde que se tome la noticia del delito, hasta que se pueda concluir con la investigación.
El procurador capitalino, recordó que el año pasado se dio más de una veintena de destituciones, varias suspensiones relacionadas con procesos penales, así como varias suspensiones resulado de averiguaciones previas y por casos donde el Consejo de Honor y Justicia recabó datos para fortalece las investigaciones para llega a la consignación y hasta sentencia de malos elementos.
APUNTEN
Por otra parte, las mandos ya reconocieron que la DEA sí interviene directamente en las acciones contra el hampa organizada, y así se logró la captura que tuvo resonancia nacional e internacional, de uno de los más peligrosos y sanguinarios narcotraficantes de Tijuana: Teodoro Eduardo García Simental, "El Tres Letras o El Teo", al que se le atribuyen al menos 300 crímenes violentos.
Este hombre era pieza clave del trasiego de la droga desde la Paz, Baja California, ahí se recibía los cargamentos de La Familia Michoacana, y además servía a otros cárteles, como el de Sinaloa, por lo que su aprehensión truncó la cadena de entregas de droga a los Estado Unidos, los países asiáticos, y Europa.
“El Teo”, más que pieza clave, era una inteligencia singular, frío en el cálculo de sus acciones, eso lo hizo uno de los hombres más respetados dentro del crimen organizado, pero de la misma forma, uno de los más perseguidos. Su estancia en La Paz, dicen, era desapercibida para muchas autoridades, pero fue así para la DEA y FBI.
Resulta curioso y llama la atención, que sus custodios desde su traslado hasta su ingreso al penal de El Altiplano, eran mujeres, quién sabe por qué, lo cierto es que pese al hermetismo de las autoridades castrenses, se pudo saber que el temido narcotraficante, secuestrador y distribuidor de diversos estupefacientes mando ejecutar a cuando menos 30 agentes municipales, estatales y preventivos, que fueron abatidos de forma cobarde y alevosa en los últimos dos años.
Así, los gobiernos de México y Estados Unidos están a la búsqueda Enedina Arellano Félix y Manuel Aguirre Galindo, “El Caballo”, líderes del cártel de Tijuana, quienes encabezan las operaciones de esa organización tras la captura de Benjamín, Eduardo y Francisco Javier Arellano Félix.
Las cabezas visibles de ese cártel, son los medios hermanos Luis Fernando Sánchez Arellano, “El Alineador”, y Samuel Zamora Arellano, “El Ingeniero”, hijos de Enedina. Pero la dirección de todo ese grupo, aún recae en la madre y en Aguirre Galindo, quien se mueve en la zona centro del país, tras lograr pactar acuerdos criminales con Los Zetas, brazo armado del cártel del Golfo
FUEGO
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