Lunes 21 de diciembre del 2009

PREPAREN

Los excesos en todos los sentidos cometidos por Arturo Beltrán Leyva, “El Barbas”, lo llevaron a matar a su propia gente, entre ellos a su brazo derecho, Mario Alberto Pineda Villa, “El Borrado”, quien operaba en Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila, eso alertó a Edgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, que su vida corría grave peligro.
Otra de las muertes ordenadas por “El Jefe de Jefes”, fue el de Héctor Saldaña, “El Negro”, cuyo cuerpo fue encontrado en las inmediaciones de la Delegación Miguel Hidalgo, era el décimo homicidio firmado por el hoy extinto. “El Negro” trabajaba para “El Borrado”, y fue asesinado hace apenas tres meses, y quien cumplía el narco mensaje de “El Jefe de Jefes”.
Se sabe que Beltrán Leyva realizaba una limpia en su organización, eso tras haber detectado él mismo, que los dos mencionados, junto con José Antonio Jiménez, “El Niño”, hacían actividades paralelas sin informarle, al parecer secuestros de personas ricas.
De las declaraciones de unos de los sicarios abatidos en la narco posada en Tepoztlán, Morelos, quien estaba a punto de morir, las autoridades se enteraron dónde se ocultaba “El Jefe de Jefes”, quien ya se había hecho de enemigos a muerte, pues era muy voluble, ya tenía desconfianza hasta de su sombra.
Dicen que cuando algún cargamento estaba listo para ser enviado a algún destino internacional, paraba todo, pues ya eran muchas las operaciones frustradas donde se perdían millones de dólares; los sitios donde la guardaba la droga, ya eran encontrados por las fuerzas federales, y hasta la DEA los encontraba.
Enloquecido por tales hechos, decidió matar al menos diez sicarios cercanos cuando se ponía como “loco”, al grado tal que ya no confiaba en nadie, los pocos que quedaban comenzaron hacerse para atrás; así la DEA supo más de él y de su centro de operaciones, así llegaba al ocaso de su vida.
Eso fue después de las 17:00 horas, cuando al conjunto de edificios de lujo arribaron cuatro camionetas de la Semar y una camioneta Grand Cherokee, las cuales cerraron la circulación en la Calle 5 de Febrero, Avenida Poder Legislativo. De un helicóptero descendió una decena de marinos, así se inició un aparatoso operativo.
De acuerdo con los residentes de Altitude, los elementos de Semar se concentraron en el gimnasio, e inmediatamente procedieron a revisar uno a uno los 312 departamentos.
Fueron unos 300 elementos, tanto de la Semar como de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), quienes se mantenían a la expectativa. A las 20:00 horas se reportó una fuerte detonación que había ocurrido en el helipuerto militar, ubicado en la Calle Río Pánuco, en la Colonia Reforma, frente a las instalaciones de la Cruz Roja Mexicana. La explosión solamente dejó daños materiales y provocó la movilización de al menos 50 soldados que acordonaron la zona.

APUNTEN

Para nadie fue satisfactorio colocar sobre el cuerpo del malogrado narcotraficante billetes de diversas denominaciones, que pese a todo, no tuvo algún significado, es decir, fue más humillante para el que pretendió humillarlo, que el mismo “Jefe de Jefes” que siempre fue valiente hasta que murió.
Fue al anochecer del sábado, cuando los restos mortales de uno de los narcos más celebres y más buscados en el país y Estados Unidos, salió en una carroza de la empresa funeraria Hispano Mexicana, fue entregado a dos mujeres que certificaron su parentesco de consanguineidad con el extinto líder de las drogas.
Empleados de la esa agencia funeraria, confirmaron que los familiares ordenaron la preservación del cuerpo de Arturo Beltrán Leyva, es decir, que fuer embalsamado, y ordenaron se le preparara un costoso ataúd, así fue llevado ayer a la ciudad de Culiacán, Sinaloa, donde será su última morada.
Las autoridades federales permanecieron discretamente al tanto del traslado, eran infantes de marina vestidos de civil. La familia del capo tenía temor que el cadáver de “El Jefe de Jefes” fuera robado, situación que ya ocurrió en otros casos de muertes de capos famosos.
Así fue su traslado al Panteón Jardines de Humaya, en la ciudad de Culiacán, de su natal estado de Sinaloa, ahí sus restos fueron depositados, en tanto la PGR señaló ayer, que una vez terminado el estudio forense pericial y comparado el ADN a su cuerpo, se comprobó su identidad sin viso alguno de duda, las pruebas se le tomaron a su hermano Alfredo Beltrán Leyva.

FUEGO

¿”La Barbie” se convertiría en testigo protegido de la DEA? Hasta la próxima, con más casos En la Mira...

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