Miércoles 7 de enero del 2009

PREPAREN

Para todos aquellos que hayan despreciado la hegemonía que durante décadas implantó el ex presidente municipal de Petatlán, Guerrero, Rogaciano Alba Álvarez, deberá entender que un cacique es un cacique hasta que se muere. Y el mismo no tendrá que haber sido malo para ser recordado, máxime que en este momento todavía mantiene su presencia, pese a que ha recibido golpes muy fuertes.
Priista, protegido del ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer, el todavía presidente de la Asociación Regional Ganadera del Estado de Guerrero podrá haber sido lo que quiera, pero sin duda mantienen ascendente influencia y continuarán ordenando cruentas acciones que desafortunadamente mantendrán a la entidad completa en efervescencia.
Aquí se comentó en su momento, luego del infortunado acto de violencia extrema, en el que ocho soldados fueron decapitados, hecho que habría sido causado debido porque le pisaban los "talones" a todos aquellos que atentaron en tres ocasiones seguidas en contra del cacique y su familia.
Por eso, las pesquisas para detener a los asesinaos de los militares están enfocadas precisamente en esa zona de la costa Grande de Guerrero, sitio en el que a pesar de todo, Rogaciano siempre mantuvo la paz contra viento y marea, pese a que le achacaron la muerte de la defensora de los derechos humanos Digna Ochoa.
El 1 de septiembre pasado, la ola delictiva dejó un saldo de 16 asesinatos en Guerrero, Chihuahua, Sinaloa, Tabasco y Baja California, en hechos achacables al crimen organizado. En la primera entidad se dio muerte a cinco sujetos, uno de los cuales fue decapitado. La policía investigadora ministerial guerrerense informó que seis personas fueron asesinadas y dos más levantadas la noche del sábado. La cabeza de Andrés Aureliano Núñez Izazaga fue hallada dentro de una hielera frente al domicilio de Rogaciano, luego la corporación añadió que otros dos muertos eran mineros; el siguiente ciudadano común; luego un taxista y un ganadero.
Junto con la cabeza de Núñez Izazaga estaban dos mensajes dirigidos contra Rogaciano y Reynaldo Zambada García, éste a quien los corrillos locales le atribuyen el asesinato de cuatro mujeres.
Las versiones consideran que ese decapitado representa un factor más de pugnas entre los grupos que encabezan Rogaciano, quien ya sufrió serios ataques, uno en Iguala, donde murieron siete dirigentes ganaderos, y el otro en Petatlán, donde perdieron la vida 10 personas, entre ellos sus dos hijos, además que una de sus hijas que fue levantada y no se sabe de ella.

APUNTEN

La Banda de Los Rojos, acusados de secuestrar a Fernando Martí y Silvia Vargas, se esconde en Ecatepec, donde las autoridades los protegen de acuerdo a una denuncia que tiene nombre y apellido, y por eso las averiguaciones previas levantadas en su contra por homicidio, robo de autos y asaltos al transporte, no prosperan, pues dentro de la Procuraduría estatal existen mafias oficiales que los escudan.
Se dijo que hay mucha complacencia del director de la policía ministerial, Manuel Becerril; del subprocurador de Tlalnepantla, Urbano López; del de Ecatepec, Jorge Kazik Mina, e incluso el comandante de la zona Eduardo Osorno Lara, con el crimen organizado.
Como muestra tenemos la denuncia interpuesta por la plagiada Flavia Salinas Manzano, una comerciante que vive en Ecatepec, quien después de ser víctima sus verdugos la siguen amenazando a ella y a su familia.
Por eso tomó la decisión de hacer público su secuestro, hace menos de un mes levantó el acta EM/1598672008, ante el ministerio público de Ecatepec, donde asentó que su ex pareja sentimental y ex juez calificador de ese ayuntamiento, Josué Christian Sánchez Camacho, la plagió en complicidad con miembros de la peligrosa banda "Los Rojos".
De acuerdo a diversas fuentes, los miembros de esta banda son considerados en Valle Cuautitlán y Texcoco, más peligrosos que los de La Familia Michoacana, incluso de Los Zetas, pues se dedican por igual a rentar sicarios, que al tráfico de drogas, venta de protección, piratería y ambulantaje. Por si fuera poco el trasiego de indocumentados.
La afectada expuso que para pagar su liberación, su familia tuvo que vender varios bienes para reunir más de 250,000 pesos, pero ahora sus secuestradores siguen hostigándola y amenazándola, y exigen el doble.

FUEGO

Hermenegildo Lugo, ¿a la jefatura general de la policía judicial capitalina? Hasta la próxima con más casos En la Mira...

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